Garfunkel and Oates





















¿Hace falta a estas alturas de la vida y el Internet presentar a Kate Micucci y Riki Lindhome? Si sois una de esas personas que han vivido en un búnker durante los últimos cinco años y no habéis visto nunca The Loophole, el que es posiblemente su vídeo más famoso, os diré que este dúo de cómicas/actrices/músicas llevan desde 2007 dándole a la guitarra y el ukelele con el sobrenombre de Garfunkerl and Oates en honor a las dos comparsas más famosas del folk americano, Art Garfunkel y Jhon Oates. Ambas llevan años apareciendo de una forma u otra en infinidad de comedias pero fue la aparición de Kate como personaje recurrente en las últimas temporadas de Scrubs lo que le dio el empujón definitivo a su carrera al interpretar en la serie una versión censurada de otro de sus temas más conocidos, Fuck You.

Entre medias cuatro discos de estudio, apariciones en late nights o cualquier podcast de humor que os podáis imaginar y un proyecto fallido para HBO. Hasta que el año pasado IFC dio luz verde a la sitcom que nos ocupa ahora, que se estrena esta noche en Estados Unidos y de la que ya podéis ver un adelanto, el tercer episodio para ser más concretos, en su web o en el canal de YouTube de la cadena [1].

Como era de esperar la primera reminiscencia que viene a la cabeza al ver Garfunkel and Oates es Flight of the Conchords. Ambas cuentan el día a día de un par de artistas en su lucha por hacerse un hueco en la industria del espectáculo. Es un argumento algo manido al que muchos cómicos musicales recurren (Tenacius D antes que los Conchords o The Midnight Beast más recientemente) pero que les permite por una parte interpretar una versión ficticia de sus personas y, por la otra, tener la excusa de vender su principal producto, las canciones.

Pero para presentar un producto consistente hay que rodear a esas canciones de una historia y personajes con sustancia. Por lo visto en su adelanto Garfunkel and Oates todavía tiene algunos problemas en trasladar a sus guiones esa extraña mezcla de adorabilidad, realidad y feminidad cruda que hacen que sus canciones funcionen tan bien. Esa falta de concreción es muy común en los comienzos de muchas comedias y tiene una solución muy sencilla, el paso de los episodios. Así que por ahora habrá que esperar varias semanas para ver si la serie consigue asentarse y desarrollar mejor sus ideas o si por el contrario se sigue quedando en un loable pero fallido intento de adaptar una rutina cómica que tan bien les funciona en canciones de tres minutos.

[1] Como casi siempre pasa en estos casos el visionado está restringido por países, pero no es nada que no se pueda solucionar.